Cardiología, Medicina Intensiva y Enfermería
Más de 15 mesas sobre Cardiología, Medicina Intensiva y Enfermería en actividad organizada por el SMI
Escribe Natalia Verdún
Profesionales de la salud de todo el país se reunieron este 19 de julio en una nueva edición de las Jornadas de Patología Cardiovascular Integrada, Medicina Intensiva y Enfermería.
Se trata de las octavas de cardiología y las sextas de las otras especialidades. La actividad es organizada por el SMI y tiene el apoyo de la Academia Nacional de Medicina, el ministerio de Salud Pública y la facultad de Medicina, entre otros organismos y sociedades médicas.
Como es habitual, los temas de cada especialidad se presentaron de forma simultánea en el Centro de Convenciones del Radisson, lo que habilita que los asistentes puedan elegir según su interés en cada tema.
El Dr. Carlos González Trías, integrante del comité organizador, destacó el concepto de educación médica continua que sustenta estas jornadas. “Está dirigido fundamentalmente al cuerpo clínico del SMI pero, obviamente, se proyecta hacia afuera de la institución, que ese es el cometido, para que todo aquel que se identifique con el temario, quiera y participe. De hecho, desde la primera jornada se invita a todo el país, y tenemos buena concurrencia. Este año hubo 299 asistentes y fue muy particular porque tuvimos una concurrencia muy destaca desde el interior, tanto de la parte médica como de enfermería”.
Presentación de casos clínicos, actualizaciones y hasta un juego de preguntas y respuestas sobre aspectos que surgen en el trabajo cotidiano en la Unidad Cardiológica fueron algunas de las propuestas de las más de 15 mesas.
“Nos sentimos muy satisfechos con el trabajo. Hemos estados mancomunados con el Dr. Jorge Malo y en la parte científica destacar la participación del Dr. Oscar Bazzino, que es una piedra angular en toda la organización, así como el Profesor Dr. Fernando Kuster en Medicina Intensiva, y la licenciada Sara Ocampo en enfermería que ha sido responsable junto con la Lic. Nelly Castillo y la Lic. Marinela San Martín de la programación de Enfermería”.
Las exposiciones estuvieron a cargo de profesionales uruguayos y argentinos. Los doctores Daniel Piñeiro y Esteban Ludueña Clos llegaron desde el país vecino, al igual que la licenciada Verónica Dubay.
Piñeiro “es uno más de las jornadas”, comentó González Trías. “Reúne muchas cualidades: primero de gran persona, segundo de excelente profesional porque reúne una vasta experiencia en medicina clínica, cardiología clínica e imagen cardiológica, teniendo una destacada actuación en medicina intensiva”.
El Dr. Esteban Ludueña Clos, que tiene una larga experiencia en Ecocardiografía, Tomografía Computada y Resonancia Cardiaca, compartió casos clínicos “ilustrativos y didácticos para el aprendizaje porque se puede sacar muchos conceptos muy aplicables en la cotidianeidad de la práctica médica”.
El Dr. González Trías también fue exponente. 'La enfermedad de Chagas en el siglo XXI' fue el nombre de su presentación que se enmarcó en la mesa 'Actualización en Medicina Cardiovascular: una puesta a punto de los sospechosos de siempre'.
El especialista comenzó a investigar sobre esta enfermedad que afecta al corazón hace algunos años, luego de que la infectóloga Mariela Vacarezza le comentara algo que le había llamado la atención: había aumentado circunstancialmente el número de pacientes con presencia del parásito que le referían de los bancos de sangre.
“Mirá, de la Enfermedad de Chagas lo que me acuerdo es que es una enfermedad transmitida por la vinchuca, al norte del Rio Negro y que afecta estratos sociales muy pobres, generalmente con viviendas precarias del medio rural, propicias para el crecimiento y desarrollo de la vinchuca y la infestación por trypanosoma cruzi a traves de ella”, recuerda que le contestó a la colega. “Esa era el concepto que manejaba, sabiendo que puede producir Bloqueo Completo de Rama Derecha del Haz de His y aneurisma de ventrículo izquierdo”. Interesado por el tema, el cardiólogo, que se desempeña también en el área de resonancia magnética, estudió a un grupo de pacientes en etapa crónica asintomática, referidos por su colega Vacarezza.
“Le pedí autorización a mi jefe, el Dr. Daniel Pereira, lamentablemente fallecido, que dijo que sí, me apoyó plenamente. Vimos 7 pacientes, de los cuales 3 tenían dilatación cardíaca; me llamó poderosamente el número porque es casi el 40%. Me empezó a preocupar el tema y coincidió que en octubre de ese año 2015 era el congreso argentino de Cardiología y había una prejornada de Chagas en la universidad Barceló”. Argentina es uno de los países con mayor experiencia en la enfermedad.
En esa instancia, González Trías conoció y aprendió de tres grandes referentes: los profesores Jorge Mitelman, Oscar Mordini, y Edgardo Schapachnik. También supo que el Asesor Regional en Prevención y Control de enfermedad de Chagas es el médico uruguayo Roberto Salvatella.
“Ahí fue que nació el interés por actualizar el tema y la necesidad de comunicarlo. Con la bibliografía y lo aprendido con estos profesores y la experiencia que el Dr. Daniel (Piñeiro) tiene en el tema”.
Enfermedad de Chagas: es primordial eliminar la transmisión congénita
En mayo de este año, especialistas del continente se reunieron para analizar la situación actual y las perspectivas futuras de la enfermedad de Chagas. El encuentro fue convocado por la Organización Panamericana de la Salud y de él surgieron nuevas recomendaciones para atender la problemática.
En el documento elaborado se reconoce la disminución de la prevalencia e incidencia de la enfermedad gracias al control de la transmisión vectorial (directamente de la vinchuca) y transfusional. Sin embargo, hay un debe importante: la transmisión vertical, esto es de madre a feto. "Para muchos países puede ser actualmente la principal vía de transmisión (...) y puede estar ocurriendo en las áreas urbanas, donde no existe la transmisión vectorial, pero sí, la migración de población humana infectada desde áreas endémicas", dice el texto.
La meta establecida, entonces, es frenar con esta modalidad y para ello se recomiendan establecer controles prenatales y el tamizaje universal serológico de todas las embarazadas.
Es indispensable el estudio parasitológico a los recién nacidos de mamás positivas para determinar el tratamiento o un nuevo control a los 8 meses, en caso de negativo en el nacimiento.
Estas pautas son solo algunas dentro de la transmisión congénita pero las conclusiones y recomendaciones surgidas de la reunión se dividen en seis puntos que abordan la enfermedad de forma integral.
Olvidada y silenciosa
La Organización Mundial de la Salud incluye a la enfermedad de Chagas en la categoría de 'enfermedades desatendidas'. El Chagas es propio de 21 países de América, sin embargo, la migración la ha llevado a otras zonas del globo.
En la región hay 8 millones de personas infectadas y 12 mil mueren al año por sus consecuencias. Anualmente, además, hay 56 mil casos nuevos.
La enfermedad es causada por el parásito Trypanosoma cruzi, que llega a los humanos a través de las heces de la vinchuca. La persona positiva no necesariamente tiene síntomas, de hecho, según la OPS, más del 70 u 80% son asintomáticos toda su vida. El 30% puede desarrollar enfermedad cardiaca y en menor grado digestiva.
"A nivel gineco obstétrico, con los recién nacidos, es donde más se podría ver la enfermedad. Y nosotros, los cardiólogos, cuando nos refieren pacientes del banco de sangre.
Lo más importante es preguntar los antecedentes personales referidos a si hay algún familiar de sexo femenino que se supiera fuera portadora, y ,en el interrogatorio, ante la sospecha o el ejercicio de pensar la probabilidad de la enfermedad-que es lo que no estamos ejercitando- preguntar por la mamá, por la abuela y si es posible por la bisabuela porque depende de qué zona son originarias para pensar la vinculación con zonas endémicas de la Enfermedad de Chagas en el pasado", explica González Trías.
De acuerdo con el especialista, hay muchos pacientes que no saben que tienen la enfermedad porque se encuentran en la etapa crónica asintomática y son de muy difícil pesquisaje. Los últimos datos sobre la incidencia y la prevalencia en Uruguay son del año 2010.
Dos años después el país fue certificado por la OMS como el primero en América Latina libre de transmisión vectorial por la vinchuca (Triatoma Infestans)