Violencia doméstica: ''testigos mudos''

En el artículo anterior se definió el concepto de Violencia Intrafamiliar, de género y especialmente la llamada Violencia Doméstica (de ahora en más V.D) donde la agresión es desde el hombre dirigida hacia la mujer en el marco de una relación afectivo – sexual.

Se señalaron los factores de riesgo y como identificar si se está viviendo una situación de V.D.

Este artículo va dirigido a reflexionar y comprender por parte de aquellas mujeres que sufren de V.D que no solo las consecuencias físicas y psicológicas para ella son devastadoras sino que en la familia existen otros implicados. Simples observadores y muchas veces protagonistas de la situación de violencia. Hablamos de los hijos: los niños y niñas que conviven con una pareja donde existe V.D.

Cabe resaltar que la situación de V.D implica directamente a la mujer pero sus consecuencias abarcan a todo aquel que forma parte de ese núcleo familiar: especialmente los hijos.

Generalmente las mujeres no se separan y padecen la situación de V.D por miedo a perder su seguridad económica y la de sus hijos. Otras veces no se separan debido a las amenazas de más violencia o de muerte.
Una mujer victima de V.D se va deteriorando de forma generalizada: en lo físico, psicológico, vincular y social. Eso la incapacita para tomar las decisiones correctas, no logran protegerse, y en consecuencia proteger a sus hijos. Caen en un estado de ambivalencia afectiva. La exposición a una situación de V.D constituye un riesgo grave para la salud mental de la mujer y sus hijos, estos "testigos mudos"

La ley apoya en estas situaciones a la mujer especialmente si tiene hijos a cargo.

Sucede que en una situación de violencia los hijos también sufren. El crecimiento en un ambiente de miedo y tensión influirá negativamente en su desarrollo psicoafectivo.

Los hijos por lo general no entienden las situaciones, pueden sentirse culpables por no proteger a su madre o generar la situación de violencia, están por lo general confundidos y preocupados.

Los niños/as muchas veces muestran conductas agresivas y/o conductas de inhibición y miedo pues interiorizan lo que viven.

Como consecuencia se puede ver una baja en el rendimiento escolar y desenvolvimiento social, con gran monto de ansiedades y miedos.

Pero también existen efectos a largo plazo. El mas importante es el aprendizaje de conductas violentas en un hogar como lo "natural". Las experiencias vividas en la infancia, como entienden el mundo en esta etapa, son la base para su desarrollo y adaptación al entorno en su etapa de adulto, la familia es el primer entorno socializador del ser humano, el vivir situaciones de violencia en la infancia es un factor de riesgo para que de adulto la reproduzca.

Se asocia también a rasgos de personalidad al ser adulto como impulsividad, patrón dominante sobre los otros, inestabilidad afectiva, consumo de sustancias psicoactivas, llegando incluso a contribuir al desarrollo de una personalidad defectuosa (trastornos de personalidad).

La madre que identifica una situación debe saber también que su hijo seguramente le cueste exteriorizar lo que siente pues la ve y siente que ella esta sobrecargada.


¿QUE HACER?

1) No naturalizar la situación ni creer que una experiencia de V.D hacia ellas no afecta al niño.
2) No intentar actuar con ellos como si nada hubiese sucedido y confiar en que ellos olvidaran la situación.
3) Ofrecerle la posibilidad de ser escuchado y exteriorizar sus sentimientos para disminuir su angustia.
3) No dar respuestas vagas del tema o evadirlo si es preguntado.
4) Debe optarse por hablar del tema adecuando las respuestas a la edad del niño/a y lo preguntado en forma acertada tratando de evacuar las dudas de forma de disminuirle la incertidumbre sobre el futuro.
5) Informarle al pediatra SIEMPRE de la situación para que se pueda realizar un seguimiento de este niño de riesgo quien lo orientará de ser necesario, para la intervención de un especialista (psicólogo infantil).

Debe recordar que si Ud. sufre de V.D puede tener consecuencias psíquicas también devastadoras que deben ser prevenidas. La angustia frente a la situación, la sensación de desesperanza que se adquiere, la somatización (múltiples dolencias físicas así como el insomnio) son producto de la situación y no requiere necesariamente la actuación de un psiquiatra.

Aun sin ser expresamente evaluada e interrogada del tema, confíe a su medico su situación.
Necesita ayuda y el equipo de salud esta capacitado para ello, junto con un Equipo de Referencia de Violencia Domestica que atenderá su caso de ser necesario a solicitud de su medico tratante.

UD. CUENTA CON TECNICOS DE LA SALUD QUE TRABAJAN EN EL TEMA.

 

 

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